Las gradas para la ceremonia de investidura ya están listas frente a la Casa Blanca, pero es imposible vaticinar cuál de los dos, si la vicepresidenta demócrata o el expresidente republicano, será el próximo inquilino.
Es bien sabido que las encuestas no son infalibles, pero esta vez no dan ni siquiera una pista. Ambos candidatos llevan semanas en empate técnico y la diferencia siempre ha sido mínima. Y eso a pesar de los sobresaltos de la campaña.
Ni los dos intentos de asesinato contra Trump ni la entrada en la campaña de Harris en julio, es decir, casi en el último momento, tras la retirada del presidente Joe Biden, han movido el marcador entre la candidatura demócrata y la republicana.
En los siete días que les quedan, Trump y Harris se centrarán en los siete estados clave donde lucharán por unos pocos miles de votantes indecisos que posiblemente decidan el resultado. «En este momento parece que está muy reñido», declaró a la AFP John Mark Hansen, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Chicago.