Sin duda, una tarde de saldo rojo en lo administrativo, pues el número de aficionados fue mínimo. La hora, 3:00 p.m., y el rival quizás pudieron haber afectado a la inasistencia, que contradice al momento que están viviendo los usulutecos en el torneo.
A pesar de eso, los toros fueron dominadores de la primera parte, con situaciones a las que les faltó un poco de frialdad para haber tenido mejor claridad al momento de convertirlas en una anotación.
Dragó repitió el mismo once inicial que contra Alianza, también la estrategia de esperar para controlar, aunque esto les estaba dando muchos resultados, el único hombre en punta estaba muy solo.
El primer tiempo cerró enredado, desordenado en la linea media y lo único rescatable fue un remate de larga distancia de Jonathan Santana, que se estrelló en el poste (23′).
A los manudos hubo reclamos de parte de aficionados, pues no sé sentían contentos con la idea de juego. Exigían cambios de jugadores y eso no le gustó al técnico Gabriel Álvarez, quien respondió a dichas exigencias.
Al segundo tiempo, los dos entrenadores realizaron variantes. Los toros reforzaron la media, con la creación, y Dragón, la marca. Esto no cambió la tónica del juego, con los usulutecos sosteniendo el balón y generando llegada.
Así, en una jugada que pasó de la derecha a la izquierda, terminó en un centro que rechazó Carbajal, pero dejo en el área para el remate de Alberto Henríquez, para que anotara de cabeza (52′).
Los mitológicos ya no pudieron responder, con tanto hombre de marca y aunque llegó, no lo hizo con la propuesta suficiente para empatar. Los toros estuvieron más cerca del segundo, pero la ansiedad los traicionaba.
Los últimos minutos ya fueron dramáticos con el adelantamiento de líneas de parte de los migueleños, que metieron en problemas a los manudos, que como pudieron cuidaron la ventaja.