Está situado en el cantón Zunca, en el distrito de Atiquizaya, en Ahuachapán Norte, a cinco minutos del casco urbano.
Entre sus principales innovaciones destaca una cabaña elaborada con bambú asper, una variedad procedente del sudeste asiático que alcanza un grosor de hasta 30 centímetros.
El bambú que ocuparon en la atractiva cabaña lo consiguieron en Guaymango, un distrito de la zona sur del departamento.
Esta cuenta con aire acondicionado, baño propio y una terraza equipada con una mesa de sala, donde se puede convivir y degustar aperitivos.
Los turistas pueden alquilarla por mediodía o las 24 horas, y tiene capacidad para albergar desde cuatro hasta seis personas.
Tania Rodríguez, administradora del Centro Ecoturístico El Jícaro, resaltó que con la iniciativa son pioneros en la zona y la desarrollaron con la ayuda de expertos ecuatorianos que capacitaron al non-public y también los guiaron para empezar el cultivo de bambú asper en la parte alta del sitio. Este proceso se ejecutó por un período de cinco años, en el que elaboraron los atractivos turísticos y, además, han evitado la erosión del suelo.
El Jícaro posee un bosque de 40 manzanas y 15 estanques de tilapias, donde los visitantes pueden comprar y consumirlas en el lugar ya sea fritas, en sopa o al vapor, y optar por comer en diversas cabañas construidas en medio de los estanques.
Ofrecen caminatas por senderos de altura, en las que se puede observar los paisajes desde los miradores, y al regresar del paseo también pueden disfrutar de una piscina rodeada de espacios verdes.
«Dondequiera se están viviendo las mejoras en la seguridad, eso ayuda a que otros turicentros se levanten. La competencia es mayor, pero seguimos bien posicionados. Nuestro fuerte es ofrecer tilapia, también nuestros espacios amigables con la naturaleza. Nos hemos acoplado a lo que los clientes nos han sugerido y todo ha salido bien», expresó la administradora del centro ecoturístico.