La decisión se produce después de que el domingo el presidente Joe Biden diera luz verde a Ucrania para utilizar misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos contra territorio ruso.
Biden trabaja para impulsar el esfuerzo bélico de Ucrania en los dos últimos meses de su Gobierno, antes de que Donald Trump, crítico de la ayuda a Ucrania, asuma el poder el 20 de enero.
El funcionario estadounidense añadió que Washington ha pedido a Ucrania que se comprometa a utilizar las minas en su propio territorio y solo en zonas no pobladas para disminuir el riesgo que suponen para la población civil.
Las minas son conocidas por ser «no persistentes» porque se vuelven inertes tras un período determinado, cuando se agota la energía de sus baterías.
Trump ha prometido en repetidas ocasiones poner fin a la guerra rápidamente, pero no ha dado detalles de cómo lo haría.
Con Rusia ganando terreno y hablando cada vez más de negociaciones, Ucrania teme estar en desventaja a la hora de alcanzar un acuerdo de paz.